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Ginecologo Quito Ecuador - Dr. Paúl Avalos

La realidad de la endometriosis

Lo que comes importa

La endometriosis es una enfermedad crónica inflamatoria que afecta a 1 de cada 10 personas y, aún así, las opciones de tratamiento son limitadas.

 

Los síntomas físicos de la endometriosis se pueden manejar, pero no existe una cura de la enfermedad. Con frecuencia, los síntomas de la endometriosis persisten después de la menopausia. Para muchas personas, hay diferentes formas de tratamiento para el manejo de los síntomas de la endometriosis. Los síntomas más comunes de esta enfermedad son el dolor pélvico (que puede ser crónico o cíclico) o la dismenorrea (menstruación dolorosa). Algunas personas padecen dolor durante las relaciones sexuales, al orinar o con los movimientos intestinales.

 

Las opciones de manejo disponibles pueden ser hormonales, no hormonales y/o quirúrgicas, dependiendo de los síntomas y objetivos de cada persona.

 

Terapia hormonal Se pueden usar medicamentos que contienen hormonas para tratar los síntomas de la endometriosis. Hay muchos medicamentos diferentes que contienen hormonas, todos igualmente efectivos en el manejo de los síntomas de la endometriosis. Por consiguiente, el tratamiento hormonal debería basarse en el medicamento que sea más seguro, tolerable y rentable para cada persona. Con frecuencia se prescriben y usan los anticonceptivos hormonales ya que no son costosos, son de acceso inmediato (en muchos países) y, por lo general, las personas los toleran bien . El único factor limitante de este método es si la persona está intentando quedar en embarazo. Anticonceptivos hormonales combinados Con frecuencia se prescriben los anticonceptivos hormonales que contienen estrógeno y progestina (tales como los tipos más comunes de píldoras anticonceptivas, y el anillo vaginal y el parche) para las personas que tienen endometriosis. Los anticonceptivos hormonales combinados pueden prevenir o disminuir el dolor de la endometriosis al inhibir la ovulación y el ciclo reproductivo hormonal natural, y al reducir el tejido endometrial, promoviendo la muerte de este tipo de tejido por fuera del útero e impidiendo su proliferación. El uso de los anticonceptivos hormonales detiene el crecimiento y desprendimiento típicos del revestimiento uterino, y los picos y valles de hormonas que causan la proliferación y el crecimiento del tejido endometrial. Este tratamiento puede contribuir a la reducción o prevenir el dolor pélvico, la dismenorrea, o el sangrado menstrual excesivo de la endometriosis.

 

Los anticonceptivos hormonales combinados se pueden usar para prevenir el dolor de la recurrencia después de la cirugía (la cual, desafortunadamente, no siempre sirve para eliminar el dolor de la endometriosis) . Se pueden recetar anticonceptivos orales de administración cíclica (tomar las píldoras anticonceptivas que incluyen píldoras de placebo o días libres de píldoras para tener un sangrado por deprivación una vez al mes) o continua (tomar píldoras activas todos los días y no tener un sangrado por deprivación mensual). El uso continuo de anticonceptivos hormonales después del tratamiento quirúrgico de la endometriosis puede ser más efectivo para prevenir la recurrencia de dismenorrea y dolor pélvico, al detener el sangrado uterino por completo.

 

Anticonceptivos de solo progestina Las terapias basadas en anticonceptivos de solo progestina también se usan como opción de tratamiento de la endometriosis. Los tratamientos hormonales de progesterona son especialmente populares, ya que alivian el dolor para 3 de cada 4 personas. Los DIUs de progestina son otra opción de anticonceptivos para ayudar a tratar los síntomas de la endometriosis, entre ellos la dismenorrea, y pueden también contribuir al retroceso de la enfermedad.

Lo que comes importa

Lo que comes importa

Cuando atraviesas por un tratamiento de fertilidad es completamente normal buscar nuevos hábitos que puedan aumentar las probabilidades de éxito. Pero ¡con cuidado! No todo lo que vive en Internet es confiable. A veces podemos inclinarnos hacia cambios radicales, créenos: no tienes que ir tan lejos para ayudar a tu cuerpo. Si tu intención es encontrar ese algo que le dé un empujoncito a tu tratamiento, seguir una dieta para la fertilidad balanceada y saludable de la mano de un especialista es una gran opción.

 

¿Mi dieta afecta mi fertilidad?

La respuesta es sí, por supuesto. Lo que comes constituye un factor importante en la fertilidad: la energía y los nutrientes obtenidos de los alimentos son los materiales principales para la elaboración de hormonas y semen. Un desbalance hormonal, por ejemplo, puede en parte ser ocasionado por tener una dieta alta en grasas trans. Además, la cantidad y calidad de los óvulos también está ligada a los alimentos que consumes. Saber qué comer en un tratamiento de fertilidad y qué no comer en un tratamiento de fertilidad es más fácil de lo que crees. 

 

¿Qué comer en un tratamiento de fertilidad?

No te preocupes, la dieta para la fertilidad no es tan restrictiva como podría sonar. Hay una gran variedad de alimentos que puedes consumir para ayudar a tu cuerpo a lograr tu meta. En general, los especialistas recomiendan una dieta mediterránea. Sí, eso por lo que los griegos, los españoles, los franceses y los italianos son famosos. No suena tan mal, ¿no? Esta alimentación es rica en frutas, verduras, vegetales, leguminosas, nueces, semillas y grasas saludables, y uno de sus grandes beneficios es que ayuda a prevenir problemas del corazón y diabetes.

 

Pero así, todo suena muy general. Sí, sí. Come frutas y verduras, ya lo sabemos. Claro, vayamos a lo específico. ¿Qué tipo de semillas, por ejemplo? Los granos integrales son lo mejor. Sustituye el pan blanco por pan integral, la pasta de harina por pasta integral. Agrega quinoa y farro a tu día a día, le darán un nuevo sabor a tus alimentos. ¿Leguminosas? Frijol, garbanzo y lentejas. Mucha, mucha proteína de la buena. ¿Y para condimentar? Olvídate de la sal y entra al mundo de las hierbas y las especias, no por nada se pelearon guerras para conseguirlas. ¿Se valen los lácteos? Se valen, solo procura que sean bajos en grasas y deslactosados.

 

¿Más específico? Puedes iniciar tus mañanas con un pan tostado integral con aguacate y un poquito de aceite de oliva extra virgen y pimienta. Este es un desayuno rico en grasas saludables. Además, es rico en vitaminas para quedar embarazada, como la vitamina C, E y D. Un poco más tarde en el día puedes adentrarte al mundo de las ensaladas. Estas pueden ser tan variadas como lo que le pongas y no tienen que ser solo a base de lechuga: agrega un poco de pasta integral, pescado bajo en mercurio, algo de pollo. También puedes prepararte unos bowls de arroz integral con verduras salteadas en aceite de oliva con la proteína de tu elección. No hay límite para las mezclas que puedes hacer.

 

¿Qué no comer en un tratamiento de fertilidad?

Por supuesto que hay cosas que evitar. Las carnes rojas, por ejemplo, no son la mejor opción. Lo más recomendable es obtener tu proteína de carnes blancas, pescado y leguminosas. Las harinas refinadas y la comida muy procesada tampoco son ideales, la buena noticia es que son fáciles de sustituir. 

 

Lo siguiente va a sonar difícil: tienes que alejarte del café. Tiene impactos negativos en la fertilidad. Antes de que digas «Noooo, cómo le voy a hacer para levantarme», tenemos el remedio. Los smoothies son ricos en azúcares naturales y te ayudarán a despertarte mejor de lo que el café nunca podrá. Un licuado, por ejemplo, de frutos rojos es rico en antioxidantes y es una excelente forma de iniciar la mañana. ¿Qué más evitar? El alcohol y el tabaco, varios estudios han demostrado que el consumo de estos productos afecta la fertilidad en un porcentaje considerable.